BEATRIZ RATO: «OBJETIVIZAR SI LO QUE ESCRIBES ES DIGNO O NO»

On 21 agosto, 2013 by Redacción Creatividad Literaria

Se puede haber realizado dos investigaciones sociológicas, una sobre el maíz y otra sobre la vida urbana, haber recopilado anécdotasdiario de un acoso judiciales en un libro con bastante éxito, haber publicado una selección de recetes llambiones también con muy buena acogida y además ser la autora de varios cuentos infantiles y otroas cuantas novelas juveniles. Se puede llevar toda la vida escribiendo, haberse decidido por estudiar Filología, estar inmersa en la promoción mediática de su último trabajo, ‘Diario de un acoso’ (Popum Books, 2013) y decir lo siguiente: Espero llegar a ser escritora algún día. Igual no lo consigo nunca, pero bueno, mientras tanto vamos jugando con las palabras.

Beatriz Rato Rionda habla del oficio de escribir desde la perspectiva no profesional, la de quien trabaja, cocina y educa a sus hijos al mismo tiempo que aumenta su bibliografía. Eso sí, subraya la importancia de que hay que intentar como escritor conocer objetivamente si lo que estás haciendo es digno o no. Su consejo: Paciencia, mantener la auto estima, no ponerse tiempos, dar con la editorial adecuada y humildad.

Eso, precisamente eso: humildad. Os animo a profundizar en su humildad.

***Cortados, vasito de agua, galletitas, entrevista de la entrevistadora a la entrevistada sobre sus métodos creativos y entrevista de la entrevistada a la entrevistadora sobre su situación laboral en el Café Instituto. (Gijón).

<<Oye, me estás haciendo la entrevista tú a mí. Sí, es verdad, venga vamos a empezar>>

¿Qué te aporta escribir?

     A ver… te iba a decir que me llena mucho y me satisface, pero  la verdad es que lo paso mal también porque corrijo, corrijo, corrijo, corrijo… nunca dejaría de correjir y perfeccionar. Yo me recuerdo toda la vida escribiendo y leyendo, y forma parte de mí. Es algo con lo que verdaderamente disfruto muchísimo, lo que es la parte creativa. Después, cuando ya me empiezo a analizar sufro y lo paso mal. Y lo que menos me gusta de todo esto de los libros es la faceta esa de darlo al exterior, que me da bastante vergüenza y lo de prensa y todo eso, me corta bastante. No es donde yo me siento más cómoda… A mí me gusta sentarme, escribir, imaginar los personajes, los diálogos. Es un parto complicado pero satisfactorio.

Juzgue-usted

¿Por qué cultivas tantos género? Eres una escritora orquesta…

     (Risas) Pues va surgiendo, no hay una razón. A ver, a veces son propuestas y a veces necesidades. Por ejemplo el Estudio Etnográfico Sobre el Maíz y uno sociológico sobre  la vida cotidiana urbana fueron dos trabajos de investigación que hice para la Consejería de Cultura y a partir de ahí surgió la publicación, cada uno en su momento. Los relatos infantiles y juveniles algunos fueron por mera diversión y otros como creadora de historias. En un momento en el que tenía un hijo en edad lectora lo hice para él y para mí como escritora. Un poco en honor a los libros que me gustaba a mí leer cuando era pequeña. El libro de recetas fue un encargo que me hicieron y el de las anécdotas judiciales fue surgiendo casi del día a día. Había muchas anécdotas que nos hacían gracias y los compañeros me decían «tú que escribes podías recogerlo»,  y cuando me fui a dar cuenta había cien folios y había que publicarlo. Este último libro, ‘Diario de un acoso’, surgió como una necesidad de contar y de hacer consciente a la gente que lo pudiera leer de la importancia que puede tener más que nada el respeto a los demás, que a veces lo perdemos de una manera generalizada en la sociedad y que lo veo fundamental. No sé, a veces miro a lo que he publicado y me da la risa de las cosas tan variopintas que he hecho. Cuando tienes tanto trabajo tampoco te puedes meter en proyectos enormes. No es fácil compaginar. Yo tengo dos hijos que se llevan ocho años diferencia, y llegué a un momento en la vida, en que dije, qué hago, soy madre por segunda vez o me dedico a escribir, fue una decisión complicada. Estaba como empezando a arrancar en la escritura, pero pensé, bueno, primero lo humano. Y ahora, la libertad de no ser profesional la agradezco. Yo no me vendo a nada, hay gente que tiene que pasar por el aro en determinados aspectos que yo no acepto porque tengo mi trabajo asegurado, bueno hoy en día nadie tiene el trabajo asegurado, pero dentro de lo que cabe… Entonces, yo no tengo por qué seguir ninguna moda, ni hacer la pelota a nadie. Si sale sale y si no pues mira, es una afición.

¿Por qué abordar esta historia desde la ficción y no desde el estudio sociológico, como lo has hecho en otras ocasiones?

     Tiene años ya la historia. En su momento la inicié por ir conociendo casos, y además casos de gente cercana y femeninos normalmente. Me dio la sensación de que pasarlo a papel podía parecer más grave de lo que era simplemente contándolo. Ví que era difícil de hacer pero que podía quedar mejor plasmado porque podía llegar a la gente a la que tenía que llegar, a los adolescentes. Estuvo dos veces a punto de publicarse por buenas editoriales, llegó el problema de la crisis y los recortes, quedó ahí y cuando hace unos meses, porque la gente decía que llegaba, que emocionaba, pensé que podía dar otra oportunidad al manuscrito. Lo revisé, lo envolví en otra historia, una historia dentro de otra, lo mandé a Popum Books se emocionaron y fue todo muy rápido.

‘Una historia con alma’, ¿podrías explicarme por qué este subtítulo en ‘Diario de un acoso’?

     Fue cosa del editor, más que nada. Yo creo que sí que tiene alma porque se toca directamente el alma de la protagonista, aparte de la gente de alrededor. Con un lenguaje sencillo de los trece años ella se va desnudando con las palabras y los silencios, silencios de etapas en las que a veces no puede escribir durante semanas enteras. No se trata solamente de relatar acontecimientos sino de tocar el alma de la gente, espero que se consiga y que se sensibilice tanto a los que a lo mejor tienen el perfil más de agresor como que puede tener un perfil de víctima, que vea que no es una persona extraña, que le pasa a mucha gente y que todo se puede arreglar, aunque a veces haya finales dramáticos, pero bueno, también se puede seguir adelante.

¿Piensas en un lector tipo cuando escribes?

MAIZ

     No, la verdad que no. Concretamente esta última historia no está etiquetada como novela juvenil. Me pareció interesante que pudiera llegar  a todo el mundo, tanto los adultos, que puedan ver la situación de los chavales, que durante la lectura regresemos a aquella etapa, como a los propios adolescentes. Se trata de llegar a la mayor parte de la gente, de diferentes edades y que cada uno lo vea desde su postura. Antes de la publicación se les dio a leer a chavales de trece catorce años, a ver qué opininaban, y sí que les llegaba, si.

¿Escribir ficción es un eufemismo de mentir?

     Bueno, de enmascarar (risas). A veces, depende de cómo se lo plantee uno. Cuando no nos atrevemos a decir la verdad directamente entonces igual buscamos personajes que lo digan.

¿Crees que es importante releer anteriores novelas?

     Creo que es interesante, pero es muy duro porque puedes ser muy crítica y se sufre porque al fin y al cabo es una obra tuya y según van pasando los años, lo lees y piensas que lo podrías haber hecho de una manera distinta y como no puedes, es duro.

Eres filóloga, ¿saboreas las letras, las palabras, la sintaxis… o te dejas llevar más por la trama?

     A ver, sé lo que quiero hacer pero seguramente si no fuera filóloga me dejaría llevar más y disfrutaría mucho más. Tengo una deformación. Puedo estar buscando un adjetivo durante muchísimo tiempo y cambiando y volviendo a cambiar cuando a lo mejor el primero que tenía ya estaba bien o mucha gente se conformaría con el primero ¿no?. Igual soy menos natural por intentar perfeccionar tanto. A mi me gustaría llegar a ser como algunos autores en los que ni falta ni sobra ninguna palabra, una prosa limpia, sencilla y para eso hay mucho que pulir, claro. Un ejemplo, Paul Auster, me encanta. Es capaz de soltarte una frase con una hondura enorme, y que a lo mejor otros autores, como por ejemplo Stendhal, necesitan un capítulo de para contarte lo mismo. Como lector con esa sola frase llegas a lo que otros te cuentan utilizando un capítulo entero. Para mí eso es lo ideal. Luego soy también bastante tiquismiquis con  que tenga miga la novela, que no sea plana, dotar de características a los personajes, con lógica. No es nada fácil, aunque luego quede en un relato para chavales de doce años, pongo el mismo empeño que en cualquier otra cosa. Creo que no por ser un lector joven no capta eso ¿no? Al fin y al cabo cualquier relato de jóvenes puede ser leído por otra persona mayor, como pasa por ejemplo en los videojuegos. En la caja pone «desde los tres hasta los noventa y nueve años», pues con la lectura igual. Que esté bien escrito, no por escribir para chavales te tienes que descuidar ni mucho menos.

Tienes varias obras para público infantil. ¿Conectas con la niña que fuiste?AVENTURAS DE UN BOLÍGRAFO

     Yo como era muy lectora conecto con la niña que fui y me recreo con el tipo de literatura que a mí me gustaba: las aventuras, el humor, el suspense. Trato de transmitir las sensaciones que me producían. Luego el hecho de tener niños alrededor te hace conectar. Igual una persona que tiene cuarenta años y no tiene ningún niño cerca le cuesta conectar con la realidad infantil o juvenil del momento porque lo que ellos vivieron ya está muy lejos. Es un compendio. Me da sensación de que mis relatos divierten a los niños, que de eso se trata, y de crear futuros lectores, porque al fin y al cabo una persona que lee no se aburre nunca. Te aporta tantísimo y te llena tanto que a veces pienso, si no me gustara leer la vida sería mucho peor (Risas).

<<¿Estamos de acuerdo? Totalmente de acuerdo>>

    Y con escribir sucede lo mismo. Yo a veces veo a gente de mi edad que se quejan de que están mayores. Yo siento que todavía tengo que aprenderlo todo. Los escritores de setenta y pico o más están tremendamente vivos por dentro porque estás continuamente con el cerebro engrasado y siempre estás aprendiendo  y siempre tienes algo que leer y eso te da una vida impresionante, incluso aunque no te puedas mover de una silla. Te da todos los mundos posibles sin que tengas que salir de casa y no hay nada más grande.

Y en cuanto a tus novelas  juveniles, ¿cómo captar la atención de los adolescentes entre tanta tecnología con un libro?TORIMAKI

     Tocando temáticas que les puedan resultar interesantes, haciéndolo con ritmo, un lenguaje y una sencillez con la que se puedan identificar. Claro, hay que convivir con los Twitter de 140 carácteres y con un montón de cosas que antes no había. Se puede escribir de una manera ligera, amena, enganchar y a la vez ser profundo, crear enseñanza o hacer pensar. Yo a mis hijos les planteo que hay que ser lectores pero que eso tiene que convivir con hacer deporte, con que juegues a los videojuegos, con que tengas Facebook. Es una parte más. Hay que pensar con mentalidad moderna.

Hay mucha gente que escribe diarios, ¿cuándo crees que estos pasan a tener un interés literario?

     No estoy segura de que lo tengan. Aquí más que interés literario este diario tiene interés la situación porque el diario de una adolescente se convierte en un grito, en un modo de respirar, de no enloquecer. A lo mejor los blogs son también los diarios de hoy en día, depende de cómo se enfoquen.

¿Qué le recomiendas a alguien que tiene una novela escrita y quiere que se la publique una editorial?

     (Suspiros)Paciencia, mantener la autoestima, porque que te la rechacen tampoco significa nada. No marcarte tiempos, nunca sabes, a veces no funciona en un momento determinado y posteriormente sí. Como a cualquier persona que escribe, paciencia más que nada, porque en realidad cuando alguien se dedica a escribir sabe lo que cuesta, la ingratitud de cuando haces algo y no consigues que lo lea nadie, o que lo lean con interés, objetividad. No es fácil, porque a veces ves cada cosa publicada por ahí y dices, bueno, y lo mío por qué no. Es importante buscar también la editorial adecuada porque puede ser que sea un manuscrito estupendo y no encaje en determinada editorial. Yo creo que hay que intentar como escritor conocer objetivamente si lo que estás haciendo es digno o no. Esto es importante. Luego contar con gente que te lo diga y después buscar la editorial adecuada. También a veces intentamos publicar y no tenemos el nivel suficiente para publicar porque creo que lo de escribir no es nada fácil y aparentemente mucha gente cree que escribe cualquiera, y eso no es así. Tienes que tener mucha base, mucha formación, el oficio se va adquiriendo. Hoy en día parece que todo el mundo puede hacer de todo y yo tampoco estoy de acuerdo. Por eso lo de los talleres literarios lo veo interesante, que la gente se forme y que lea mucho, y quien se decida a escribir que lo haga,  que corrija, que sea humilde y que cuando tenga el nivel suficiente de calidad lo lance al mundo a probar suerte. Es muy difícil pero posible.

<<Bueno, ahí va la última. Venga >>

¿Qué querías ser de pequeña?

      Pues escritora. (Risas)

<<No vale mentir ¿eh?>>

     (Risas). No te lo juro, siempre estuve relacionada con las letras. De hecho yo era muy buena estudiante y

cuando me dio por hacer Filología pensaban que estaba desaprovechada. Siempre me sedujo mucho la palabra, muchísimo. Espero llegar a ser escritora algún día.

<<Bueno, ya lo eres. No, no.>>RECETES LLAMBIONES

Para mí ser escritora son palabras mayores. Me considero una aprendiz total. Yo creo que para ser escritor tienes que ser culto y que la cultura te la dan también los años, ir interiorizando. Yo me siento tan minúscula que bueno, sí, tengo publicada alguna cosa pero me da mucha vergüenza decir que soy escritora (Risas) Debe de ser porque lo respeto mucho, porque lo valoro mucho entonces yo no me siento en ese nivel. Creo que todavía estoy aprendiendo, en un nivel inferior y que todavía me queda muchísimo para que yo me auto considere escritora. Igual no lo llego a conseguir nunca, pero bueno, mientras tanto vamos jugando con las palabras.

<<Muchas gracias por hacer un hueco para la entrevista. No, no a tí, si es que llevo un verano. Ai no, ¡espera!, perdona, si se me había olvidado una, ¿te importa?, ¿una más…? Claro que no, dispara…>>

¿Cómo, cuándo y por qué escribes?

     Funciono muy bien de mañana. A las seis de la mañana ya estoy como una moto. Una hora antes de ir a trabajar, en casa, es un momento fenomenal, porque sé el tiempo que tengo justo y así me organizo. Por la tarde me engancho mucho, y es muy peligroso, me eternizo y eso no es bueno para compatibilizar escribir con la vida familiar. Un escritor profesional puede escribir todo el tiempo que quiera. Imagínate, meterse en su estudio y ponerse a escribir… tiene que ser, vamos, como hacer esencia. Estar ahí destilando hasta que llega lo bueno. A mí me da la hora de ir a trabajar y tengo que parar. El problema es cuando tienes que escribir con la olla express,

<<La olla express, ¿te refieres…? Sí, sí ¡literalmente! >>

     (Risas) Si pudiera por lo menos con la cocina de carbón… significaría que tendría más tiempo. A veces pienso, qué ganas tendría hoy de seguir toda la noche escribiendo, pero no lo puedo hacer porque a las seis de la mañana me levanto.

<<Ahora sí, no hay más. Tienes trabajo por delante, ha sido intensa…Bueno, esperemos que pase como tu decías, que llegue el mensaje con las palabras justas. A ver, a ver>>

One Response to “BEATRIZ RATO: «OBJETIVIZAR SI LO QUE ESCRIBES ES DIGNO O NO»”

  • Gracias por tu aportación Antonio. ¿Nos recomiendas algún otro libro que hayas leído últimamente y te haya gustado?
    Un abrazo